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    Ene

Cómo catar un vino

Ya sabéis todos que en La Pitusa somos amantes del vino, especialmente el de nuestra tierra, ya que aquí disfrutamos de muy buenos productos vinícolas. A menudo se piensa que el vino es para expertos en esta materia, pero después de leer este artículo sobre cómo catar un vino pensarás que cualquiera de nosotros puede detectar la calidad de un vino mediante los sentidos y disfrutar de las sensaciones que éste nos produce.

A continuación os mostramos cuáles son las fases para realizar una buena cata de vino:

 

FASE VISUAL 

Tras descorchar la botella, servimos un poco de vino en la copa. En esta primera fase, el sentido de la vista es el que cobra mayor importancia. Cogemos la copa por la base o tallo (para que no se caliente el vino) y la inclinamos unos 45º sobre un fondo blanco.

En primer lugar observaremos el color, que nos dará una idea de la edad del vino: cuanto más brillante o más claro, más joven es el vino. Mientras que si muestra un color más granate o color teja, más viejo es. Por otro lado, si podemos ver claramente lo que hay a través de la copa, diremos que el vino es de copa baja, mientras que si no podemos verlo, diremos que es de copa alta.

Por otro lado, la densidad, que viene marcada por las lágrimas, nos ayudará a saber la graduación de alcohol que contiene. Tras mover ligeramente la copa de vino en círculo varias veces, observaremos las lágrimas que caen por la copa. Si éstas caen lentamente, nos están indicando que la densidad del vino es alta y por tanto la graduación de alcohol es mayor.

 

FASE OLFATIVA

Sin agitar la copa, la acercamos a la nariz y tratamos de identificar los aromas primarios, que son los que proceden de la uva, de naturaleza frutal o vegetal, del terreno…

El segundo paso es agitar ligeramente la copa y hacer que el vino entre en contacto con el oxígeno, para tratar de detectar los conocidos como aromas secundarios, aquellos que se originan en el proceso de fermentación de la uva. Suelen ser más numerosos en vinos jóvenes.

Por último, agitamos la copa con más energía para extraer los aromas terciarios (bouquet), que son aquellos que se desarrollan después de la crianza del vino y por ello suelen ser más difíciles de detectar. Pueden ser aromas frutales, vegetales, florales, de frutos secos, etc.

 

FASE GUSTATIVA

Por fin llega la fase de degustar el vino. Nos llevamos un poquito de vino a la boca y con la lengua, ayudamos a llevarlo a todas las partes de la boca y percibir así los sabores (amargo, ácido y dulce). Un vino redondo será aquél que logre el equilibrio perfecto entre todos los sabores.

Después entrará en juego el sentido del tacto (con la propia boca), mediante el que detectaremos la textura del vino. Si notamos suavidad, esto será un aspecto positivo, mientras que si el vino es rugoso, será un aspecto negativo.

Después de esto analizaremos la vía intranasal, que es la que ocurre después de escupir el vino (mejor no tragarlo si vamos a catar varios vinos, por lo que pueda pasar). Después de probarlo, diremos que un vino tiene un final largo si nos deja esos sabores durante más de un minuto en la boca, o que tiene un final corto si estos sabores desaparecen tras unos segundos.

 

¿Estás preparado ya para hacer una cata?

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